¿Qué tiene que ver la democracia con el amor?

Publicado el 19 de julio de 2025, 12:47

¿Qué tiene que ver la democracia con el amor? Una reflexión profunda desde el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur, por Salvador Padilla García.

En su edición número 17 (abril-junio 2025), se ha publicado un texto que propone una mirada audaz y necesaria: vincular la democracia con el amor. En un ensayo titulado "El amor, la democracia y la libertad sólo existen cuando se eligen", Salvador explora las similitudes esenciales entre dos conceptos que, aunque a primera vista pueden parecer distantes, se sostienen sobre valores comunes: el respeto, la voluntad y, sobre todo, la libertad de elegir.

El texto parte de una premisa contundente: así como la libertad democrática ha sido fruto de luchas históricas, el amor auténtico también requiere una elección cotidiana. Ni la democracia ni el amor pueden sobrevivir a la imposición. Ambos exigen conciencia, compromiso y un profundo sentido de igualdad.

“Una relación basada en el control, en la dependencia o en la sumisión es tan frágil como una democracia debilitada por el autoritarismo”, escribe Padilla García. Así, traza paralelismos entre el acto de votar y el de amar: ambos son decisiones que deben renovarse constantemente para seguir siendo genuinas.

El ensayo también denuncia las normas sociales, religiosas o culturales que imponen modelos únicos de amar, tal como en los regímenes autoritarios se impone una única manera de pensar. Defender la democracia, afirma el autor, es también defender el derecho a amar sin miedo, sin discriminación y sin castigos sociales.

En tiempos donde la apatía política y la banalización del amor parecen ganar terreno, esta reflexión invita a repensar nuestras relaciones personales y sociales como espacios de libertad, participación y responsabilidad mutua. Amar es un acto político. Y la democracia, como el amor verdadero, sólo florece cuando se elige con libertad y se construye con esfuerzo.

Este ensayo no sólo contribuye al debate académico, sino que interpela profundamente al lector desde una perspectiva humanista. En un país donde las luchas por la equidad, la diversidad y la participación siguen vigentes, recordar que el amor y la democracia comparten una raíz ética y afectiva puede ser un primer paso hacia una sociedad más libre y consciente.


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